«El mediador entre
el cerebro y las manos ha de ser el corazón»
Frase que repite María (Brigitte Helm) para dar esperanzas a la
población esclava-obrera
de Metrópolis, la urbe creada por el magnate Joh
Frederser (Alfred Abel).
y basada en una
historia homónima suya publicada por primera vez en la revista
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